Mi compañero, pareja, amante y amigo: amor, la relación perfecta.

La amante 602801

Dice Joan Coromines, en su diccionario etimológico lo siguiente. Salir con alguien por el que sentimos atracción no es difícil, la compañía es buena y nos lo pasamos bien, podemos incluso tener un sexo increíble. Pero no siempre esa pareja cumple con los requisitos para ser nuestro verdadero compañero de vida. Los compañeros se sienten cómodos en los espacios comunes y también en los compartidos con amigos y familiares. Son personas independientes e individuales, que no juzgan y eligen libremente disfrutar y amar nuestra entrega y presencia. No necesitamos estar controlando ninguna situación para saber que podemos confiar en nuestro compañero. Si ves que se sienten intimidados o celosos de tu éxito, no es un verdadero compañero. Un compañero siempre tiene tiempo para besarnos y acariciarnos. Dar los buenos días o las buenas noches con amor, mirarnos a los ojos, tomarnos de la mano.

Síndrome del príncipe azul: qué es y cómo afecta a nuestras relaciones Veamos cómo es el síndrome del príncipe azul y de qué manera daña las relaciones amorosas. El síndrome del príncipe azul se caracteriza por la presencia de creencias idealizadas sobre la pareja perfecta. Muestran, pues, una obsesión por encontrar una persona que sea bueno en todo, que sea el mejor. El problema de los individuos con este síndrome es que buscan unos rasgos de excelencia que son irreales. Debemos ser conscientes que nadie es perfecto y que es muy difícil, por no decir imposible, que encontremos a alguien con quien conectemos totalmente y nos guste todo de él o ella. De este modo, el síndrome del príncipe azul puede surgir en ambos sexos, tanto hombre como mujeres pueden buscar una pareja ideal, perfecta, aunque sí que es verdad que se observa con mayor frecuencia en la población de mujeres. Así, diremos que el perfil habitual de los sujetos afectados son mujeres y que por normal general presentan edades superiores a los 30 años. Al final, como ya hemos visto, el problema de este síndrome es que repercute en el sujeto y le genera un sufrimiento y malestar por no verse cumplidas sus expectativas. Esta consideración y valoración externa y no interna y la excesiva exigencia favorece la visión negativa de su entorno en concreto del sexo opuesto.

Ninguno quiso arrodillarse. Algunos se rebelaron desesperados y enloquecidos, y otros permanecieron inmóviles y mudos. La primera descarga derribó a los alcanzados en las sienes y el corazón. Se retorcían en el lodo… y el nuevo pelotón que llegaba los veía agonizar. Un muchacho de apenas diecisiete años quiso ahogar a su asesino y otros dos se le abalanzaron para separarlo… Los tres quedaron con las ropas desgarradas y bañados con la sangre del adolescente. Y ésta es la historia del asesinato, a sangre fría, de aquellos cuatrocientos doce soldados, gloria de los Guardias Montañeses, tal como la contaban en Texas cuando yo era muchacho. Ahora os describiré una batalla naval de tiempos lejanos. Os diré quién fue el vencedor bajo la luz impasible de la luna. Mi bisabuelo materno, el marino, me la refirió muchas veces.

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